Conversaciones con Jenny (I)


Hace unas semanas recibimos una alumna en prácticas FCT desde uno de los Ciclos Formativos de Grado Superior de Administración de Sistemas Informáticos, y por tanto la estamos tutorizando la gente de sistemas. Su nombre es Jenny. Una vez a la semana procuro mantener una conversación distendida con ella, en la que intento contarle algo que le sirva en su recién estrenada vida laboral, y le aporte una visión diferente a la que le han contado sus profesores, para que tenga diferentes criterios con los que forjar su propia opinión sobre estos temas.
En la medida que mi tiempo me permita, intentaré ir transcribiendo aquí estas conversaciones.

La primera de ellas, trataba sobre el Software Libre, aprovechando que durante un par de semanas había estado trabajando en el proyecto que le hemos asignado, y había empezado a sufrir Ubuntu y un apt-pinning mal configurado. En unos días cambió su opinión de que Ubuntu era maravilloso, a que era sistema operativo lleno de fallos y problemas complicados. Demasiado impaciente.

En los últimos años los jóvenes que acaban de los ciclos formativos, gracias al cielo y a sus profesores, conocen Linux y conocen Ubuntu, pero desgraciademente sólo conocen la opinión radical de algunos de sus profesores: Ubuntu es muchísimo mejor que Windows, y Windows no vale para nada es el lema que recitan a poco que hablas con ellos. Chavales recién formados con una opinión preestablecida tan rotunda no es bueno ni para ellos ni para Linux y se vuelve como un boomerang cuando los alumnos se plantan ante problemas con cierta dificultad que no son capaces de resolver con los escasos conocimientos que han adquirido sobre Ubuntu, momento en el cual cambian de opinión para abrazar entusiasmadamente la facilidad de Windows. Pude observar esta reacción en Jeny y decidí contarle mi punto de vista sobre el software libre y software propietario.

Para ello le hice una analogía entre el negocio que hay detrás de un MCDonalds o Burgerking, y el que esconde un bar más pequeño en un barrio, pero donde no sirven comida prefabricada. Imaginar por un momento que ella quiere dedicarse al mundo de la hostelería, y se le presentan dos alternativas: Formar parte de una gran cadena de restaurantes, o montar tu propio bar.

  • Para trabajar en un McDonald no se necesita una gran preparación previa sobre hostelería y cocina, porque todo se reduce a una carta limitada de comidas (McWooper, BigMc, etc), que previamente te dicen cómo cocinar y qué ingredientes puedes usar, de hecho te proveen los ingredientes, las recetas, tu formación e incluso la decoración de tu local. También te fijan los precios de los productos que vendes y por tanto tu carrera profesional como empleado/empresario y tu salario/ganancias están muy limitados.

  • Por otro lado, puedes optar por montar un pequeño bar o restaurante donde tú decidas el tipo de comida que vas a ofrecer, la decoración de tu local, la calidad de los ingredientes que vas a usar, y puedas inventar tus propios platos. Los precios los estableces tú según tu criterio, y el salario y ganancias del negocio están limitados a tus cualidades profesionales, y a lo bueno que seas haciendo tu trabajo.

¿Es mejor uno que otro? Para nada, ambos tienen sus clientes: Hay clientes que no tienen dinero para cenar en un restaurante y se van a un McDonald, otros lo hacen simplemente porque les gusta ese tipo de comida, o les pilla más cerca de casa. Esto es un negocio cuyo objetivo es quedarse con el dinero que el cliente lleva en su bolsillo cuando entra en el local, no de responder preguntas religiosas o decidir qué color es más bonito.

¿Cuál es el mejor para el cliente? Depende del cliente: Si un cliente llega a un McDonald y pide un plato de pescado seguramente no se lo van a servir por mucho dinero que tenga ese cliente. El cliente decidirá si prefiere comer hamburguesa o buscar un bar cercano y comer lo que le apetece. Además el enfoque del trato a los clientes es totalmente contrapuesto: En uno, el cliente tiene que ir a por la comida y esperar de pie, mientras que en el otro espera sentado a que le lleven la comida a la mesa. Es el cliente el que debe decidir donde gastarse su dinero. Nosotros sólo podemos darle motivos para que se lo gaste en nuestro negocio pero al final él es quien decide.

Entonces, ¿es más rentable poner un restaurante? Para nada, es mucho más caro, necesitas más dinero para empezar, personal y quizás es más arriesgado: puedes no ganar nada o ganar mucho, pero la ventaja es que dependes de tí mismo y de tus cualidades, del interés que tengas en mejorar tu negocio. Si te preocupas por tu negocio, lo tienes limpio, cuentas con los mejores profesionales, e inviertes tiempo y dinero en poder ofrecer un mejor servicio, platos y comidas a tus clientes, es probable que tengas éxito. Seguramente no tendrás tantos clientes como pueda tener un McDonald pero seguro que te serán más fieles y en definitiva esto se trata de ganar dinero, no de batir records.

Igual que sucede con los restaurantes y los McDonalds, sucede con el software libre y el propietario, donde en vez de comida hablamos de servicios que se ofrecen a los clientes, y cuando hablamos de clientes, claro está, hablamos de gente que paga dinero por algo. De la misma manera que McDonald no gana dinero cuando te haces una hamburguesa en casa, un informático no gana dinero cuando alguien se instala un Windows pirata en su casa, o se pone Ubuntu. No hablamos de eso, hablamos de clientes.

Al software libre erronemente a veces se le llama gratuito, y es una gran mentira. Es cierto que existe un ahorro en licencias, pero el precio del técnico suele ser mayor porque requiere de mayor formación, de la misma forma que un buen cocinero de restaurante suele cobrar más que uno de McDonald, por su experiencia y formación.

En la comparativa y las analogías nos podríamos extender todo lo que quisiéramos, pero lo más importante a mi juicio, y como le expliqué a Jeny, es saber dónde estamos: Si queremos ser cocineros de McDonalds tenemos que tener claro que no podemos exigir cobrar como un cocinero de restaurante, y si queremos ser cocineros de restaurante, tenemos que asumir que tendremos que esforzarnos a diario en aprender sin pretender hacer una deliciosa paella en el mismo tiempo que se hace una hamburguesa, y con los mismos conocimientos.

La imagen la he sacado de Adartestudio: Ultimas tendencias en tecnologias y internet, buscando en Google en Images: McDonald.

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